julio 28, 2009

el can nocturno

la noche se hizo presente hace un rato, su negro manto cubre la ciudad, la cual descansa tras un día agotador. los transeuntes han mermado, el frío los retiró a sus casas, a sus hogares.
estoy en mi cama durmiendome, busco conciliar el sueño de una manera profunda.
el sonido de los vehículos interrumpe mi letargo. a lo lejos se oye un ciclomotor y una jauría lo persigue, sus ladridos son alarmantes.
pasan por debajo de mi ventana y siguen hasta la esquina, el grupo de callejeros sigue ladrando sin cesar, no tienen piedad para con el pobre caballero moderno, quién en su improvisado corcel motorizado no puede escapar del asedio. muchos son los canes que lo rodean y lo siguen; pero uno queda atrás.
los sonidos de los ladridos se pierden en la noche, el silencio se vuelve a hacer dueño de la cuadra; pero este callejero rezagado ladra en busca de sus compañeros. su ladrido es agudo y denota su soledad. la obscuridad de la noche come al can y lo adentra en sus entrañas, su ladrido ahora es un sollozo, un llanto.
no hay sonidos que tapen sus reclamos, quiere la compañia de sus aliados nocturnos, pero estos no están. siguen los ladridos en busca de compañia, él solo no es temido y ladra más fuerte.
el pequeño can se toma un respiro y luego sigue llamando, con ladridos más agudos, a sus amigos.
yo sigo dándo vueltas escuchando ese pedido de ayuda nocturno. el perro sigue ladrando. me levanto de mi litera y me dirijo hacia la ventana, por primera vez lo veo. se encuentra abajo de una camioneta, ladrando a todos los vientos para ser escuchado. tiene miedo, está solo.
vuelvo a mi lecho para tratar de dormir, el perro sigue ladrando. sus maldiciones caninas no me dejan dormir, yo lo único que pienso es si este perro de mierda se callará alguna vez?

No hay comentarios.: