julio 21, 2009

'el billete'

hoy en 'una imagen, un relato' pongo un viejo relato pequeño que encontré perdido en este blog, lo modifiqué un toque para darle otro aspecto.
me acordé del mismo cuando estaba pensando en dinero y se me vino a la mente estas líneas escritas un tiempo atrás.


Imaginense esto, lunes por la mañana, una semana que comienza y no tenés ganas de empezarla. La situación económica no está bien, no lo está desde hace tiempo, esa situación del despido del viejo hizo que la vieja se fuera para arriba antes de tiempo. El viejo tira con changas y vos le das una mano, pero hoy lunes no. Él sabe lo que te cuesta levantarte los lunes.
Suena el teléfono de casa, nadie atiende, no hay contestador, te levantas sin ganas, con frío y atendés. Es tu tía que le avisa a tu viejo que murió el tío Oscar, "¿quién?!?!" le respondés, y te cuenta del tío Oscar, un primo del abuelo que vivía en Cañada Rosquín y no tenía familia.
Encima de no querer empezar la semana, tenés que ir a un pueblito de morondanga a un velorio, entierro y posterior trámites familiares; no tenés ni cinco de ganas, pero lo haces por tu viejo que te lo pide.
Luego de todo el día, se hace de noche y están en lo que era la casa del tío Oscar, revisando las cosas del difunto, viendo que se lleva la tía, que se lleva tu viejo y que te podés matar vos.
De repente estás metido en el armario, estás revisando papeles viejos, en una caja llena de tierra que encontraste.
Encontrás un album de fotos blanco y negro, de esas donde se ponía toda la familia (eran como 27) y atrás un horrible telón; encontrás algunos documentos de familiares que nunca conocieron; cartas que ya no se pueden leer; algunos papeles que no saben de donde provienen; y de repente en un sobrepapel madera muy bien cuidado encontrás un pequeño fajo con billetes como este...

...unos cuántos billetes de diez mil de dólares... parece un sueño, te resfregás los ojos y lo dejás a un costado, no puede ser, esos billetes no existen. Pero algo dentro tuyo te dice que investigues un poco más, y qué hacés? Te vas hasta el cyber de la esquina, te metés en el google y buscás respuestas.
Para tu sorpresa encontrás que existieron y que solo se usaban para transacciones entre bancos; ahi es cuando preguntás de qué trabajaba ese viejo tío que no conocieron, y te responden que luego de ir a la Segunda Guerra Mundial no había laburado nunca, que nadie entendía como podía hacer para vivir, pero que alguna pensión debe haber cobrado del estado, "era rápido el viejo...", te responden. Indagas un poco sobre lo que hacía en la guerra y solo te dicen que había conocido un par de yanquis, que en algo raro se metió, pero que nunca pudieron descubrir en qué; por eso se había tenido que ir de Rosario hacia ese pueblo que nadie lo conocía y lo pudiera ubicar.
¿Deudas del juego? ¿Promesas incumplidas? ¿Botines saqueados? ¿Judios robados? Eso a vos poco te importa, solo metés el gran fajo en tu mochila, te hacés el boludo y silbás bajito.
Al fin del día, cuando vuelven exhaustos con tu viejo, él te da el volante para que manejes vos, en una estación de servicio parás a cargar nafta, lo mirás y le decís, "andá al shop a comprarte algo, hay unos billetes en la mochila" y le guiñas el ojo.

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