agosto 09, 2016

Ojos de VideoTape (por Hugo Bonigo)

Copio un artículo leído recién en elsanmartinense.com.ar, de un periodista llamado Hugo Bonigo. El mismo es de esos que deseo haber escrito yo, porque dice casi palabra a palabra lo que siento con respecto a los hechos de corrupción, la política y cómo se trata en los medios de comunicación. Lo comparto para que alguien lo lea.

Ojos de VideoTape
En una recordada película germana del año 2003, “Good Bye Lenin”, una mujer de la República Democrática Alemana cae en estado de coma. Despierta al cabo de ocho meses, cuando ya se había producido la caída del Muro de Berlín. Temeroso por el disgusto irreparable que ello podría causarle, su hijo decide armarle una ficción para que la mujer crea que nada ha cambiado.
Una situación similar ocurre con vastas audiencias en la Argentina de hoy. A ocho meses de la asunción de Macri, los medios de comunicación de mayor difusión se muestran ante su público como férreos opositores… al kirchnerismo.
En esos canales de televisión, emisoras de radios y en los diarios, abundan las críticas a las medidas políticas y económicas del gobierno anterior. Como en el filme, el relato se ocupa de todo lo que a su juicio se hizo mal por parte del kirchnerismo, ocupando horas de pantalla en las que el pasado oculta las necesarias referencias al presente.
La pretensión es que la audiencia se informe, debata y opine a partir de un relato anclado en lo anterior al 10 de diciembre pasado, mientras hoy se toman medidas que cambiarán la vida a varias generaciones.
En ese contexto, “la ruta del dinero K” le saca protagonismo a los “Panama Papers”, cuando en realidad deberían informar sobre ambos. Del mismo modo, trasmitieron en vivo, y durante horas, las excavaciones comandadas por un fiscal en los terrenos de Lázaro Báez, a quien solamente le quitaron pantalla cuando pronunció las palabras mágicas: “Angelo Calcaterra”, primo del Presidente.
El escándalo de los bolsos repletos de dólares de José López genera debates intensos que hacen olvidar los millones de pesos cobrados por Fernando Niembro, casos de presunta corrupción (presunta, hasta que la justicia se expida), que tienen un tratamiento absolutamente desparejo, tanto que hoy nadie habla de Niembro.
Otro caso de alto impacto: la extradición de Ibar Pérez Corradi. Lo bajaron del avión con el atuendo de moda (casco y chaleco antibalas), y con la esperanza de que involucrara a Aníbal Fernández. Sin embargo, el ex prófugo involucrado en la trama que derivó en el triple crimen de General Rodríguez, soltó el nombre del radical PRO Ernesto Sanz, y allí se terminó su hasta ahora breve estrellato.
También le cuentan a la gente, y con mucha razón, que “la corrupción mata”. Pero vuelven al período kirchnerista, hablando de la tragedia de Once, sin mencionar ni investigar a fondo los casos de Iron Mountain y Time Warp.
En aquella película alemana, un día la madre abandona su lecho y por la ventana observa un cartel publicitario de una bebida gaseosa, ícono del capitalismo, y comprende que algo ha cambiado.
En la Argentina de hoy, son muchos los que comienzan a percibir a través de sus ventanas el ruido que provoca la escalada de conflictividad social provocada por el combo de despidos, disparada de la inflación con el consiguiente deterioro del poder adquisitivo, y los tarifazos, que el gobierno asegura que habrá que pagar en algún momento.
Cada vez más argentinos comprenden que la “realidad” que le proponen los medios de comunicación devenidos oficialistas (amplia mayoría), no tiene casi nada que ver con lo que sucede en calles y rutas. La duda es hasta cuando podrán sostener esa historia, que cada vez tiene menos seguidores.
Por Hugo Bonigo (*periodista)

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