salieron y salen al aire por américa, tyc sports y fox sports. filmamos con un equipo de 15 técnicos y muchos actores, repito, fue una experiencia increible!
luego seguire escribiendo sobre esto, pero pueden pasar por el blog de cafelito y chequear fotos y videos. sino pasen por el canal de cafelito en youtube
la seguimos luego!
la realización de los spots fue un trabajo de la hostia! tanto que hicimos un escrito formal para que quede registro, se los pego aqui abajo y tendrán la misma visión que tuve yo al hacer las publicidades...
En una primera reunión
en la planta de ellos les planteamos que diez segundos es muy poco para mostrar
los beneficios de una moto y más aun para venderla o promocionarla. La
intención de ellos era salir con una campaña de lado gracioso y tenían algunas
ideas para algunas motos.
Luego de aquella
reunión nos pusimos a trabajar en las ideas. Necesitábamos siete diferentes,
siete gags cómicos que incluyan una moto. Tenían que ser situaciones diarias
que alguien realiza, pero incluirle una moto en forma satírica, en un lugar
donde la moto habitualmente no se encuentra.
Asi surgieron muchas
ideas, algunas buenas, otras se descartaron y otras eran suplentes. Lo dificil
era pensar argumentos que cierren con las motos, pensar la moto con el usuario
y qué situación podía ser real para ese personaje.
Luego de unos días de brainstorming compartido con amigos y
mucho trabajo de escritura nos reunimos nuevamente con los encargados del área
de marketing y publicidad de Guerrero y les presentamos nuestras ideas.
Eran muy diferentes a
los diez segundos de la moto Bajaj, queríamos ser ambiciosos, queríamos ir un
poquito más allá. Teníamos a nuestro favor que Guerrero nunca había salido con
una campaña tan grande y tan masiva, el único antecedente había sido la
publicidad de la moto estática, con el fondo azul de burbujitas y promocionando
“La mejor moto al mejor precio”.
En la exposición de
ideas todos aportaban lo suyo y fuimos cerrando aquellas que más convencían,
como por ejemplo “Sí, quiero!”, “Fútbol, fútbol, fútbol” o “Despedida”; “Un bar” sufrió modificaciones y “Aaarrreee…!” y “Nacimiento”
fueron cambiando de modelo; por su lado
“De compras” era una fija en la cabeza del cliente y nunca pudimos tocar
nada.
El cliente había
pedido que los spots tengan una unidad, que puedan ser leidos como un todo;
nosotros les proponíamos que la estética realista iba a contribuir de gran
manera, también propusimos que todos tengan el mismo plano final, un travelling
hacia atrás que juntamente con un efecto de fuera de foco, de pie a la placa
final y a la marca.
La
idea de unir los spots también pasaba por lo narrativo. Tomamos la decisión,
dentro de cada historia, de ir desde el detalle a lo general. Comenzando con
planos detalles y luego ir creciendo el valor del plano para llegar al final,
al climax, con un plano general que nos permitiese mostrar la moto y con ello
el remate del chiste. Tratando de generar en el espectador la famosa frase
“mira vos…!”. Este camino a recorrer en algunos de los spot se vio modificado y
enriquecido durante el rodaje por algunas adiciones narrativas del DF Fernando
Zago, quién además de componer con elementos del lugar, sumó cierto grado de
misterio; como por ejemplo en “De
compras” cuando la señora gira con un producto y el espectador no visualiza donde lo guarda
porque lo tapa una góndola; o en “Sí,
quiero!”, cuando el sacerdote señala a la ‘novia’, el novio gira para
mirarla y un arreglo floral entra en plano y no podemos ver más allá. Esas
aportaciones creo sumaron mucho a los comerciales y les dieron mayor carga
narrativa, acercándonos un poco a un relato cinematográfico y artístico;
escapándonos por un segundo de algo tan televisivo y comercial.
Rodaje
Los
días de rodaje comenzaron bien temprano, la idea era no terminar tarde para
poder descansar entre jornadas. El primer día fue en la localidad de San
Lorenzo, habíamos armado el plan para comenzar allá en la planta de Guerrero.
Nos juntamos para no ir separados en tres autos y partimos, llegando a la
planta a las 8.00hs. Entramos el equipo de dirección, producción y arte,
llegando unos minutos más tarde la gente de fotografía. Eso nos dio tiempo a
preparar el pasillo destinado al spot “Nacimiento”.
Una vez arribado el DF y su equipo armaron la puesta de luces, casi
conjuntamente arribaron los actores y empezamos a trabajar en el personaje del
joven que espera. Era la primera vez que dirigía a Esteban Goicoechea, un actor
espectacular, muy profesional y muy centrado. Aportó gestos y acciones al
personaje que le dieron la vida que necesitaba, asi como también acataba cada
una de mis indicaciones y entendía lo que buscaba yo en él.
Luego
de unas horas de trabajo y tirada de planos y tomas pudimos terminar, excedidos
en media hora tal vez, nada fuera de lugar para un primer día de trabajo y en
una locación difícil. El traslado a la segunda locación estaba estipulado
hacerlo en vehículos propios y estuvo muy bien diagramado por María (Jefa de
Producción) y Sebastián (Asistente de Dirección).
Arribamos
al bar y comenzamos a descargar el equipo. Para desgracia nuestra, la gente del
bar no conocía lo que era un rodaje. Cabe destacar que esa locación fue
conseguida por el cliente y no le supo explicar cómo íbamos a trabajar en el
lugar. Fue una locación muy difícil, al primer momento parecía que todo
zozobraba y nos echaban de allí sin poder completar la jornada, pero el pulso
de María y su equipo hizo que no pase a mayores y podamos trabajar, no digo
tranquilos, pero pudimos trabajar. Sebastián estaba al tanto de los problemas y
me comentó que sería de utilidad terminar rápido y hacer las cosas con
prontitud.
Lo
complicado de este spot era lograr un ambiente lleno de gente, pero con el
problema de contar con pocos extras. Error del equipo de dirección fue confiar
cuando el cliente nos había asegurado que ellos llevaban mucha gente para
participar ya que estábamos en San Lorenzo. Los actores de este spot no son
profesionales y no colaboraban con gestos, posturas o acciones propias, sólo
desarrollaban las indicaciones, y en algunas tomas se notaba en cámara que
faltaban indicaciones mías. Por lo que requeríamos más tomas para que ellos se
“soltasen” y entraran en confianza. Un acierto en la elección fue que los dos
amigos del protagonista, son realmente sus amigos y los gestos de complicidad y
amistad son reales. Los diálogos los fuimos creando in situ y luego de un rato
ellos mismos comenzaban a aportar y generar sus propios códigos, lo que
permitió avanzar más y mejor en la realización. Sabiendo donde necesitábamos
poner la cámara, Zago armó un planteo que no hubo que correr muchas luces y una
vez que tiramos el segundo plano, los otros salieron mucho más rápido, pudiendo
terminar mucho antes de lo previsto y evitando que nos echen del bar.
Finalizada
la jornada y mientras se guardaban los equipos, nos dedicamos a descargar el
material de la cámara, haciendo copias de seguridad y haciendo un balance del
día terminado. El saldo había sido más que positivo y el cliente ya se mostraba
con las expectativas superadas.
El
siguiente día estaba planteado de media jornada, ya que solo íbamos a filmar el
spot “Aaarrreee…!” en el campo de la
familia Guerrero. Como el traslado era lejos y no había locación cerca,
decidimos trabajar sólo medio día, de esta forma no nos cansábamos tanto y
seguíamos cumpliendo el plan. Como estaba planeado un grupo de animales estaban
pastando cerca del quincho de la casa, donde armamos la base, y de esa forma
podíamos filmar campo abierto a solo 50 metros de un baño, un lugar con
electricidad para baterías, de agua potable y de sombra.
Una
vez arribado a la locación, Sebastián se encargó de armar el set y yo me puse a conversar con
Juan Pablo Yévoli del personaje que tenía que interpretar. Juan Pablo es un
gran actor, compenetrado en su trabajo y con mucha energía. Luego de la charla
donde lo habíamos citado, había investigado de cuatriciclos (el modelo que se
promociona en el spot donde actúa), había visto videos de gente arriando ganado
y estaba totalmente comprometido con el spot, poniéndole cuerpo y alma a un personaje
de solo 20 segundos. También pidió el cuatriciclo para dar vueltas y adaptarse
a su amigo y compañero.
Como
habíamos quedado con el equipo de fotografía, armamos el plano final, el más
complicado de realización, el del travelling final, como primero del día. Una
vez armado el cuadro, tuvimos algunos problemas con los animales, pues no se
quedaban en donde queríamos y había que liberar algunos metros de pastura verde
para que avanzaran o retrocedieran y dieran bien en cámara.
Luego
de más de diez tomas pudimos dar por buena algunas y pasar a los siguiente
planos. Un cabo de horas más con el cuatriciclo andando detrás de los animales
y armando el montaje en la cabeza dimos por finalizada la jornada de grabación
y nos dispusimos a descansar un rato al sol o a la sombra de algún árbol y
comer unos choripanes, gentileza del cliente.
El
sábado se descansó y el domingo volveríamos a tener una jornada completa.
El
domingo arrancamos muy temprano en Funes, lugar que habíamos elegido para
realizar el spot “Sí, quiero!”,
donde un joven se casa con una motocicleta. La primera idea había sido
realizarlo en interiores, en una iglesia o capilla, pero la rigidez y el
pensamiento de antaño de los encargados de la Iglesia Católica, nos hicieron
pensar más y pasar a un exterior, teniendo que artear un jardín en una casa de
fin de semana para hacer un casamiento al aire libre. Lucas y Laura se pusieron
a trabajar arduamente en la construcción de la escenografía, armando un gazebo,
sillas, arreglos florales, tules y guardas; dándole un aspecto hermoso, mejor
aun de lo que había imaginado y dibujado en los bocetos. Ellos me entendieron
muy bien y explotaron a la perfección todos los aspectos que buscábamos con el
cliente y con la productora.
Un
hecho muy significante en mi carrera dentro de lo audiovisual se dio este día.
El actor protagónico, Nacho Brunotti, es íntimo amigo mío desde que tengo 5
años de edad y nunca había podido trabajar junto él. La locación ya estaba
tomando forma y comenzamos a charlar sobre su personaje, sobre el amor que él
le tenía a la moto, sobre los nervios previos a casarse. Era una linda mezcla
de sensaciones, el amigo se mezclaba con el director, el actor escuchaba y el
amigo reía al mismo tiempo. En ese clima distendido yo sabía de lo que él era
capaz y decidí dejarlo actuar suelto, improvisando gestos, acciones y
reacciones, marcando pequeñas cosas y cambios mínimos. En cámara Nacho daba
exactamente lo que teníamos en mente cuando pensamos en la idea, sus gestos
nerviosos, su sonrisa y su mirada. Una vez más comenzamos rodando el travelling
final de la publicidad y luego pasamos a filmar los planos cortos y menos
complicados, para finalizar con los dos planos detalles, ya sin extras y
personaje secundario.
Al
finalizar el rodaje almorzamos al aire libre allí en la casa quinta, respirando
un poco de aire puro y relajando la vista en el verde, mientras descargábamos
el material grabado y hacíamos las copias de seguridad pertinente.
Una
vez concluido el almuerzo nos trasladamos al centro rosarino para rodar “De compras”, el spot del supermercado.
La locación había sido conseguida fácilmente ya que conocemos a los dueños
desde el año 1980, son vecinos míos y como familiares.
Una
vez dentro del supermercado comenzamos a preparar el último plano para comenzar
la locación, hubo que ordenar los elementos exhibidos y una vez más, Lucas y
Laura hicieron maravillas con el arte. Sebastián siempre dispuesto a dar una
mano en lo que haga falta y María y su equipo con diez ojos para ver y
solucionar problemas, ayudando, colaborando y atentas a lo que pasaba dentro y
fuera de la locación.
La
actriz del spot es la dueña del supermercado, nunca había actuado, pero su
personalidad no le niega hacerlo en absoluto. El mayor problema era su rigidez
y su desconocimiento del lenguaje y de los límites de acción del personaje. Por
eso hubo que ensayar mucho mientras el equipo de fotografía armaba las luces,
la vía y, junto a Sebastián armaban el set.
Las
indicaciones para la actriz eran simples, solo le marcaba sus acciones y lo que
debía pensar mientras realizaba las acciones. Me costó hacerle entender
a ”Pety”, que sólo tenía que realizar lo que realiza todos los días en su
supermercado, sin importar que 15 personas la veían detrás de cámara y que
miles lo harían luego desde la televisión. El cambio positivo fue cuando luego
de ensayar varias veces ella misma introdujo un gesto que cambió la tarde,
comenzó a hablarle a los productos diciendo “mmm, llevo este o este? Estará vencido?” o algo asi como “llevo el verde o el rojo?”. Al darme
cuenta de la naturalidad con qué le salían las acciones si le hablaba asi a los
productos, le marqué que siga hablándoles, pero que no lo hiciera para afuera,
solo se lo dijera a ella misma y su cuerpo ahora tenía otra postura, más
natural, más suelto. Era la protagonista que queríamos, la que sabe los
precios, la que pelea con las cajeras, la que busca descuentos, la ama de casa
que lleva su moto al supermercado!
Otro
día de trabajo arduo, pero sin complicaciones que terminamos a tiempo. Gran
trabajo de María y Sebastián, ambos manteniendo la calma y ayudando en todo
momento, sea el que sea que necesitaba ayuda.
El
lunes era el último día y comenzábamos temprano en Fisherton. La locación era
muy tranquila, el anexo con las canchas de fútbol del Club Atlético Fisherton.
Llegamos todos casi al mismo momento, lo que ayudó a armar el set y preparar,
como siempre el plano más difícil, el travelling final, donde el protagonista
festeja el gol del triunfo en “Fútbol,
fútbol, fútbol”.
El
actor principal, Emiliano, no es actor, pero si buen jugador de fútbol, lo que
me daba tranquilidad a la hora de pedirle gestos y acciones. La cámara no lo
iba a tomar de cerca, si bien tenía pensado un primer plano, la idea siempre
fue hacerlo de lejos con un teleobjetivo, para no intimidarlo y para que la
poca profundidad de campo haga un fondo fuera de foco y se maximicen los
detalles.
Los
extras los acomodó Sebastián, indicándoles las acciones pertinentes previamente
charladas, y yo me pude dedicar de lleno a charlar con Emiliano, explicándole
cómo quería yo sus acciones, qué se jugaba en ese partido de ficción y cómo ese
gol era mucho más que un desahogo. Él entendió las marcaciones y al ser jugador
de fútbol amateur y semi profesional, pudo sacar lo que le había pedido. Lo
complicado lo tuvimos desde el armado del gol, con la tirada de la pelota de
fútbol, con los encuadres y con la acción por fuera de lo que haría Emiliano.
Fue
muy agotador para los actores realizar una y otra toma, llevaba mucha carga
física cada plano y se los notaba cansados, Emiliano por sobre todos.
Permanentemente les explicaba que eran errores nuestros, qué la cámara no los
estaba tomando cómo yo quería por culpa mía. No quería que decayeran las
energías, los necesitaba 100% atentos y con ganas. Era el spot que más quería
dirigir, lo tenía muy imaginado, muy claro lo que buscaba. En un primer momento
se complicó la comunicación entre dirección y fotografía, Zago no entendía bien
las posiciones de cámara y lo que buscábamos con la idea. Tuvimos que tirar
algunas tomas para darnos cuenta que la cámara debía moverse y ponerse donde mi
cabeza la había imaginado, igualmente una vez que nos pusimos de acuerdo,
Fernando tuvo grandes ideas y aportó encuadres fantásticos, mejores a los
pensados que quedaron en la edición final.
Luego
de una cansadora media jornada al sol, nos movimos hacia el aeropuerto. María y
su equipo de producción coordinaron el traslado para que nada esté fuera de
lugar y en el aeropuerto nada salga mal. Teníamos el tiempo en contra, debíamos
trabajar rápido, como en la locación del bar.
En
el aeropuerto rodamos el spot “Despedida”,
donde dos jóvenes no se pueden despedir de su motocicleta. Los actores, Lalo y
Angie, ya habían trabajado juntos y se conocían. Yo conocía a Lalo y las charlas
previas acerca del personaje habían enriquecido el argumento. Una vez que
estuvimos los tres conversamos acerca de la relación que unía a los chicos con
la moto, del viaje que estaban por iniciar, de ese búsqueda de aventura por
Europa, de la lejanía con los afectos y de qué ninguna otra moto iba a
reemplazar a “Berta”, tal cual la bautizó Lalo a la moto interviniente en el
spot. La charla contribuía mucho, pero a su vez rozaba el ridículo y si alguien
ajeno a la historia o al rodaje nos escuchaba estábamos en problemas.
Gracias
al trabajo silencioso, pero altamente eficaz de María y su equipo de
producción, no hubo ningún problema en la locación y las autoridades del
Aeropuerto no molestaron en ningún momento, pudiendo utilizar escritorios,
carritos, carteles y tomas de energía.
Los
planos y las tomas se sucedieron tranquilamente y a tiempo. Al cabo de tres
horas y media estábamos terminando otra vez antes de lo previsto y dando por
terminado el rodaje. Al grito del último corte, conllevaron los pertinentes
saludos, agradecimientos y felicitaciones por cuatro días de gran trabajo. Hubo
gente con la que repetimos rodaje y otras que fue el primero, pero de ninguna
tengo algo malo que decir, sino palabras de agradecimiento por tan buen
trabajo, tanto profesionalismo, solidaridad y ganas de salir adelante a toda
costa.
Postproducción
En
la mesa de edición o en la pantalla del Sony Vegas, todos los planos parecían
mezclarse y no poder pegar uno con otro, no se entendían, no tenían
correlatividad. Las dudas nos abrumaron y temíamos no poder entregarle al
cliente lo que habían buscado en nosotros.
Nos
tomamos dos días sin tocar el material, descansando del proyecto, pensando a su
vez opciones para el montaje. Sabíamos que determinados spots tenían una o dos maneras
de ser contados, pero otros tenían muchas posibilidades y esos eran los que más
miedos nos generaban. Hablo en plural porque la edición la hicimos María y yo.
Quién escribe operando el software, pero María opinando, recortando y eligiendo a la par
mía los planos y las tomas a utilizar.
A
la mañana del tercer día, nos pusimos a revisar el material, plano por plano y
toma por toma, haciendo planillas para saber cual de las tomas nos gustaban o
estaban dadas por buenas para poder achicar el margen de acción, pasando por
ejemplo de 8 tomas a sólo dos buenas en óptimas condiciones para el montaje
final.
En
dos días de duro trabajo llegamos a una primera versión de los siete spots. Muy
primera, con mucho por mejorar, pero sabíamos que teníamos una aproximación. El
audio utilizado era el de la captura de cámara, asi que nos faltaba mucho para
poder optar por la parte sonora de los mismos. Ese sábado y domingo mostramos
las versiones a un círculo cerrado de personas para recoger opiniones varias,
hubo críticas, halagos y recomendaciones que tuvimos en cuenta a partir del
lunes. Ese lunes estuvimos en el estudio con Sebastián y con Fernando quienes
opinaron sobre el montaje y colaboraron en forma activa con las tomas
utilizadas y el orden donde introducirlas en el montaje final. Con esa
importante colaboración tuvimos mejores opciones y por ejemplo el spot “Nacimiento” quedó en su versión final
en ese momento, pudiendo crear un paso de tiempo y el nerviosismo que genera el
trabajo final.
Luego
de dos días más de edición y pruebas entramos al estudio de Santi Zecca a
realizar la postproducción de sonido. Santi entendió lo que buscábamos con los
sonidos, supo hacer hincapié donde había que reforzar y creo paisajes sonoros y
ambientes acordes a los spots. Nosotros,
desde Cafelito, buscábamos sonidos simples, que evoquen los lugares donde se
filmaron los comerciales, había que agregar diferentes sonidos que hagan que
los lugares estén llenos, que simulen un ajetreado día. Por ejemplo el
supermercado parece un lugar que está lleno de gente, un hipermercado enorme,
pero sin embargo éramos 20 personas en silencio absoluto, en un supermercado de
barrio con tres góndolas como exhibidoras. En ese aspecto quedamos muy
conformes con Santi y su trabajo; sabíamos que podíamos contar con él y su experiencia
en el campo sonoro.
La
única complejidad que tuvimos en el audio fue en el spot “Nacimiento”, donde teníamos que pasar de un pasillo, simulando una
interminable espera en un hipotético hospital, a la línea de montaje y producción de la planta Guerrero. Habíamos
planeado hacer un sonido de un llanto de bebé, irreconocible, lejano, roto y
que se transforme o se funda en la acelerada del motor de la moto a publicitar.
Esos sonidos fueron difíciles de lograr, en primer lugar el llanto quedaba muy
reconocible y muy dispar con la moto. Hubo que buscar los efectos y las
distorsiones justas para emparejarlos y lograr asi el efecto deseado.
No
fue una complicación, pero se demoró un día más debido a que Santi dobló en su
estudio las voces de Lalo, para el spot “Despedida”
y las del personaje del sacerdote para “Sí,
quiero!”. Una vez terminados los finales de audio, se comprimieron dentro
de un rango de db aptos para la emisión en televisión y se exportaron para
pegarlos conjuntamente con el video.
Simultáneamente
mientras Santi finalizaba su trabajo, Ulises Gonzalez animaba la placa con los
modelos y el logo de la marca. Teníamos conversaciones casi minuto a minuto
para evaluar los avances y qué efectos utilizar. Ya teníamos las indicaciones
del cliente de colores, tamaños, fuentes y tiempos de exhibición de cada una.
Ulises trabaja muy bien, tiene creatividad y es nuestro hombre de confianza cuando
de fx visuales se trata.
Cuando
tuvimos los siete spots listos, los empaquetamos, los grabamos en un dvd y nos
fuimos a la planta para mostrárselos al cliente. Fue como dar un duro examen.
Se analizaron cada uno de los spots, plano por plano, los nervios invadieron
nuestros cuerpos, las pulsaciones subían. A pesar de esa sensación, también nos
encontrábamos seguros de lo que habíamos realizado, de lo que habíamos rodado,
confiados en nuestro trabajo y estábamos dispuestos a defender cada uno de los
fotogramas que estaban siendo mostrados. Los spots transcurrían y sus caras
sonreían, cada remate de publicidad traía una pícara burla o risotada en alguno
allí presente. Estábamos pasando ese difícil examen y sus caras mostraban
satisfacción. La misma hacía que nuestras pulsaciones bajen y tratasen de
volver a la normalidad, hecho que recién hoy luego de unas semanas, está
sucediendo de a poco.
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