junio 08, 2010

sensaciones encontradas

el lunes fui al consulado italiano para realizar un trámite para mi sobrino. no es importante el trámite en si sino la espera que tuve en el hall de la entidad y las situaciones allí vividas.
al entrar me tocó el número 93 y en el monitor se veía que estaban atendiendo al 40 más o menos. tomé asiento y a falta de música, papel u otro elemento que tranquilice la espera me dediqué a observar a la gente.
había de todas las edades, jóvenes estudiantes, ancianos, hombres y mujeres de mediana edad. todos por trámites relacionados a la ciudadania.
estaban los jóvenes que averiguaban para sacar la ciudadanía, a lo que el empleado les preguntaba "que familiar nació en italia?" y les explicaba que hacer en cada caso. hubo uno en el que le dijo "tenés que mandar a pedir la partida a lussano (por ejemplo)" y el muchacho contestó "qué es lussano?", "el lugar donde nació tu abuelo" contestó el empleado con cara de no saber que decirle.
algunas estudiantes con pinta de querer huir de aca iniciaban los papelerios. un señor profesional quería el pasaporte y la fecha no le servía entonces lo hicieron pasar a que "hable con el jefe".
pero lo más cómico era la gente que ofuscada por la espera, tal vez de una hora o más, se acercaba al sonar la chicharra del turno y con cara de pocos amigos decía
-"quiero saber el estado de mi trámite, no puede ser tanto tiempo!"
el empleado introducía el nombre en la computadora y luego les decía -"si, ya está".
-"ya está qué?" respondían los tramitantes
-"la ciudadania, listo, ya salió" -"ah bueno, gracias"
y en cambio de insultar por la espera se daban vuelta con una sonrisa en la cara, mirando a los demás, como esperando alguna felicitación.

algunos seguían la charla con algo parecido a esto...
-"y ahora?" seguían sin entender
-"nada, ya es italiano"
-"y qué hago?"
-"si quiere puede sacar el pasaporte" -"bueno, me dan un comprobante o certificado?" -"no hace falta" -"y si tengo que presentar algo ante una entidad?" -"nosotros somos los únicos que le podemos pedir y es ilógico que le extendamos algo para luego pedírselo..."

y repetían lo mismo que los demás, saludaban, daban las gracias y se iban con una gran sonrisa en el rostro.
fue divertido ver como pasaban de una mini furia contenida a una alegría contenida, sensaciones en envase chico, como un sobre chiquito de jugo que rinde litro y medio, porque esa gente al llegar a la casa deben haber explotado y contado a todo el mundo su nueva condición de primer mundista.
piensan en un futuro, en posibilidades, en mejoras, pero viendo los noticieros, yo mejor me quedo aca, en mi lugar.

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